Teatro, contradicciones del niño interno...

Muchas veces me pregunto que lleva a uno a intentar ser otro. Y me lo pregunto cada vez que salgo a la calle, hablo con otra persona, me tomo el colectivo, compro un café, estudio en compañía...Y es que la verdad es que actuar es intentar ser otro, pero, a la vez, encontrarse con uno. Esto que parece casi contradictorio lo practicamos en la vida cotidiana todo el tiempo. Uno intenta llevarse bien con uno mismo muchas veces mostrándose a los otros. Intentando participar y ser partícipe de algo más grande. Ser un integrante, Ser uno más, Ser único. El Ser aparece todo el tiempo. A veces nos juega a favor, y otras en contra.
Con el teatro uno juega con ese Ser. Uno Hace teatro para moldear al Ser. A veces no, sólo Hace teatro para Pertenecer. Mientras tanto, los que no tienen mucha experiencia en teatro como yo, pensamos como tratar de Ser, como llegar a Ser, como No Ser y como Ser uno mismo.
Desde chico me gustó inventar historias, jugaba con muñecos articulados (muchas veces sin extremidades, casi destruidos), me imaginaba siendo personajes de la TV o de los libros. A medida que fui creciendo, me encontré jugando las mismos personajes e inventando las mismas historias, pero esta vez con un grupo de amigos. Mis queridos amigos de rol. Y ahora, ya con 25 años, quiero seguir manteniendo ese niño. Pero cómo? cómo mantener la mente de ese niño ocupada. Cómo hacer para mantenerlo ahí y que no se vaya...cómo adiestrarlo para que nunca aprenda a ser adulto, para que nunca crezca, para que nunca trate de Pertenecer sino, que sólo trate de Ser...
El teatro es una salida, te permite mostrarte, te permite Ser, te permite Pertenecer, te permite entender, te permite crecer...Parece todo muy contradictorio no?, bueno, eso es la vida, eso es el Teatro, eso es lo que aún me queda por aprender.
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